Universidad Andrés Bello

Invitado por la Facultad de Ciencias Sociales, a través del Centro de Estudios Avanzados de la Escuela de Psicología y el Doctorado en Psicoanálisis de la Universidad Andrés Bello, el destacado intelectual francés Marc Augé -conocido como el sucesor de Levi Strauss- dio una interesante conferencia ante más de un centenar de asistentes en Bellavista.

Augé y Rector

Con el nombre “El Futuro de la Crisis”, durante más de una hora habló sobre los elementos que inciden en el panorama actual y futuro de la desigualdad; y el aumento de las brechas sociales, económicas y culturales de la modernidad.

“Tenemos miedo del futuro y las razones de este miedo son múltiples. Los miedos están repartidos en todo el planeta, pero hay lugares donde las sequías, hambrunas, terremotos, inundaciones y guerras hacen que este sentimiento sea mayor. La conciencia de la estrechez del planeta, el cambio climático, la limitación de los recursos y la sobrepoblación, hacen que muchos de estos miedos sean transversales a nivel mundial”, comenzó diciendo Augé.

El profesor comentó que los países en desarrollo no tienen las mismas prioridades, urgencias, ni miedos que los países desarrollados. “Occidente es especialmente sensible a los movimientos de población, lo que puede llevar a desequilibrios sociales y atentar contra los valores fundamentales locales. En este sentido, el miedo a perder el trabajo y la desconfianza del futuro de las instituciones políticas que tienen que garantizar la seguridad, son los principales temores”.

Las migraciones

Según Augé, en la actualidad se produce una contradicción fundamental en torno a las migraciones, que son uno de los puntos esenciales de los conflictos hoy en día. “Teniendo en cuenta que se forman espacios para inmigrantes en las periferias de las ciudades, sin tener acceso a la integración real en la metrópolis, la contradicción es que nunca antes las poblaciones se acercaron tanto en el planeta, nunca se habían observado tantas migraciones, pero nunca antes tampoco había sucedido que los recorridos de los locales con los inmigrantes no se cruzaran, que no tuvieran ningún punto de encuentro, pues lo que se ve hoy es que hay sectores para pobres y lugares de lujo para los ricos, pero sin ninguna zona de contacto”.

El problema, para el antropólogo, es que con este tipo de asentamientos son más fáciles la aparición de grupos fundamentalistas, movimientos derechistas y agrupaciones nacionalistas, los que pueden promover la discriminación, el rechazo y la violencia. Es decir, fomentar una crisis de seguridad.

Crisis del sistema

Por otra parte, la condición de desigualdad creciente del sistema capitalista en su estado actual es una fuente permanente de generación de conflictos. La idea de que cada uno puede comprar su derecho a ser consumidor y que con eso está todo bien, va mostrando sus efectos críticos. “La crisis no es solamente financiera, es mucho más profunda, es de desequilibrio de oportunidades y no está excluido que en el futuro los historiadores hablen de la crisis de los cien años sobre el período que nos encontramos hoy”.

Según Marc Augé hay distintos tipos de crisis que se suman.“Una es la crisis de confianza, en el sentido de la pérdida de confianza en el otro, en las instituciones, pérdida de confianza en el futuro. También, hay un despertar en la toma de conciencia de las brechas entre ricos y pobres, tanto en países desarrollados y sub desarrollados. Por último, está la crisis de los fines, en torno a que cada vez se acrecienta más la distancia entre los fines que busca una sociedad de los que busca otra. Por ejemplo, mientras la ciencia avanza a una velocidad exponencial en algunas zonas del mundo, en otras ni siquiera están enterados de las posibilidades que la ciencia les pudiera brindar alguna vez. Las desigualdades de conocimientos son preocupantes”, señaló.

Finalmente, Augé dio algunas luces de esperanza para hacer frente a este panorama. “La acción política es fundamental para equilibrar las desigualdades y minimizar las posibles explosiones de violencia. La política, en su sentido más noble, tiene dos absolutos complementarios de los cuales no debe desligarse nunca: garantizar la libertad de los individuos por una parte y velar por preservar las relaciones sociales por otra. La democracia tiene que garantizar que ninguno de los dos imperativos prime por sobre el otro”, para de esta forma hacer frente a la profunda y arraigada crisis que vivimos en la actualidad, concluyó.

En la oportunidad, se le otorgó la Medalla Andrés Bello, que lo distingue como Profesor Honorario de la Universidad